En 2016 llegué, sin haberlo calculado, a Sierra Nevada de Santa Marta. Y me atrapó por un tiempo tampoco previsto. Porque el auténtico viaje no tiene un tiempo establecido.
Estas son algunas de las imágenes y recuerdos que volvieron conmigo. Capturado por la magia de sus paisajes, sus gentes, el final de un tiempo de guerrilla, la Ciudad Perdida.
Todos ellos, y yo mismo, distintos pero unidos por la Sierra, por un deseo de sentirse a salvo, estando lejos. Sebastián Palomo Danko, octubre 2019